- _____ levántate que se te va a hacer tarde – Me dijo mi madre desde el marco de la puerta.
Miré mi despertador. Las 6:00 am. Sin duda aquel no era un sábado como los demás, en los que solía despertarme a las 11:00 para ir a la academia de baile. Aquel sábado era muy especial para mí. Haría la audición para formar parte del concurso con el que siempre había soñado ganar. Con mi corta vida ya había logrado muchas cosas como quedar primera en el campeonato de baile internacional, conseguir un contrato con una revista juvenil como modelo y acabar el instituto con la media más alta. A mis 16 años ya era bailarina profesional, modelo y, si mi sueño lograba cumplirse, pronto también seria cantante profesional. Si todo iba bien, en septiembre no tendría que empezar la universidad, ya que estaría cumpliendo mi sueño. Me levante con pereza de mi cama y entré en el cuarto de baño dándome una larga y relajada ducha. Salí con una toalla enrollada en mi cabeza y otra cubriendo mi cuerpo. Me vestí, me sequé el pelo (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73240626#fans) y baje a la cocina a desayunar algo. Me comí la mitad de la manzana y me subí al coche con mi madre y mi hermana gemela, Patricia. Mi relación con mi hermana era muy buena, éramos las mejores amigas, nos lo contábamos todo. Durante el trayecto me puse los audífonos e iba practicando la canción que cantaría. Mis nervios aumentaron cuando al finalizar la hora y media de trayecto llegamos a la puerta del estudio donde se grabarían las audiciones. Ya había bastante cola, así que junto a mi madre y mi hermana nos colocamos al final y poco a poco la gente se fue acumulando a nuestras espaldas. Llevaba 30 minutos con los audífonos puestos memorizando por última vez cada parte de la canción hasta que mi madre me quito delicadamente uno de ellos. Al hacerlo escuche unos gritos al inicio de la cola, lo que significaba que ya habían empezado a dar los números. Poco a poco fue avanzando la cola hasta que toco mi turno. Me acerque a la mesa donde una chica de unos 30 años me miraba sonriendo.
- Hola, tu nombre por favor?
- _______ _______ - Dije dándole una de mis mejores sonrisas.
- Edad? – me devolvió la sonrisa.
- 16
- Muy bien, bienvenida ______, este es tu número, pasa por ese pasillo de ahí y espera en la sala por favor.
- Muchas gracias, adiós.
Me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta que daba a un largo pasillo con mi número pegado en mi camiseta sobre el vientre. Entré en la sala nerviosa. Había muchas personas con un número y a su alrededor más personas sin él, que supuse que deberían ser sus familias. Junto a mi madre y mi hermana nos sentamos en un rincón a esperar que me llamasen. Pasaron unos 20 minutos y ya habían llamado a mucha gente, mientras otra iba entrando. Mis nervios iban aumentando por segundos. Levante la vista para ver quién iba entrando a la sala y de pronto entro un chico seguido de una mujer bastante joven y un hombre. Se sentaron en unas sillas bastante cerca de nosotras. Me quede mirándolo un rato. Tendría mi edad, unos bonitos ojos verdes iluminaban su cara al igual que su sonrisa. Pero lo que más llamaba la atención de él, ere su rizada cabellera. De repente levanto la vista y sus ojos se encontraron con los míos. Rápidamente lleve mi vista al suelo avergonzada y mis mejillas se tiñeron de rojo. Pasaron unos 10 minutos y yo seguía con la mirada fijada en el suelo por la vergüenza, hasta que una voz me saco de mis pensamientos.
- _______ ________ numero “15935”
Levante mi vista y me dirigí con mi madre y mi hermana hacia donde estaba el hombre. Le seguimos hasta detrás del escenario y me dijo que esperara a que me avisaran. Me deseo suerte y se fue hacia uno de los lados del escenario.
